La pobre chica mantuvo su dignidad hasta el final. Prefirió
morir a casarse con éste hombre, portador de mí. No la culpo, yo, si fuera
ella, hubiera hecho lo mismo. A decir verdad, ¿Quién quisiera estar con alguien
así? Quien consigue todo a la fuerza. Dada la circunstancia en la que nos
encontramos, es bastante obvio que volveré a teñirme de rojo sin poder
evitarlo, de nuevo. Siempre la misma historia, yo sólo obedezco ordenes. Al fin
y al cabo, no puedo dar mi opinión. En fin, un gusto en conocerla, si me
disculpa, tengo trabajo que hacer.
0 comentarios:
Publicar un comentario