Estaba en mi habitación esperando su llamada. Empezó a sonar
mi celular y creí que era Virginia. Pero… por desgracia era Carolina, mi
ex. Comenzó a hablar y yo la verdad, me
sentí muy incómodo. Era de nuevo lo mismo. Quería que la acompañara a la sala
de maternidad en el hospital. Estaba aferrada de que yo era el padre, sin
embargo ella había tenido relaciones con mi mejor amigo. Lo más probable es que
era de él. Yo sólo la escuchaba y quería que esa plática acabara. Ahora yo
estaba con Virginia, y deseaba que me dejara en paz. La plática se volvió algo
tensa cuando le dije que me negaba a ir. –No puedes negarte Abel, tu eres el…
-¡NO! Deja de insistir, yo no creo que pueda quererte a ti ni a ese hijo que ni
siquiera es mío. Compréndelo. –Así que Virginia ya te ha metido tonterías a la
cabeza, muy bien si eso es lo que quieres. – Colgó y me dejo con un mal sabor
de boca. Espero que se calme, no es bueno para ella ni para el bebe que se
altere se esa manera. Simplemente debe comprender que así son las cosas. Al
otro día iba a verme con Virginia, deseaba verla. Íbamos a vernos en la
estación del metro. Estuve esperando por casi 30 minutos, temía que le hubiese
pasado algo. Cuando llego, sentí un gran alivio. Venía tan sonriente como
siempre. –Perdona por llegar tarde, ¿De qué querías hablar? –Es sobre Carolina.
Anoche me llamo para pedirme que fuera con ella a la sala de maternidad. -¿Y
fuiste? –Por supuesto que no, yo no soy el padre. Sin embargo ella cree que tú
me metiste cosas en la cabeza. Perdóname por si de ahora en adelante llega a
decirte algo. –No hay nada que perdonar, yo te dije algunas cosas que no eran
ciertas del todo. De cualquier manera yo me disculpare con ella. No es que no
pueda vivir con eso pero, creo que sería lo mejor, y aunque no me perdonase, yo
estoy segura que lo va a entender después. Por otro lado, entiendo cómo se
siente, sí una persona descubre que la razón que la dejaron fue por un alguien,
le tomas cierto odio a ese alguien. Es inevitable. Quizás, cuando lo entienda,
volvamos a estar los 3 juntos, como los amigos que éramos antes, sin
complicaciones. –Sería muy bueno sí ella lo acepta.- Escuche que el tren se
acercaba y me voltee un momento hacia mi celular. Era apenas medio día y ya
estaba ansioso por llegar al colegio, ansioso de que todos se enteraran de que
Virginia era mi novia. De pronto escuche un pequeño grito de parte de Virginia
y vi a lado de mi, unos brazos estirados como si estuviese empujando algo. Y en
realidad habían empujado a alguien. Virginia estaba en los rieles y Carolina
estaba a mi lado. Iba a sacar a Virginia de ahí, pero fue muy tarde. El tren la
había arrollado.
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