Siempre había odiado el color
rojo. Pero ahora verlo era realmente excitante y hermoso. Su sabor metálico me
envolvía y me prendía de una manera increíble. Ver a Javier al fin derrotado,
era suficiente para mí. Al final recordó quien era. No lo creí posible, hasta
que lo vi viéndome de la misma manera
que aquella noche. Él comenzaba a decir que no tendría el valor de hacerlo, que
no apretaría el gatillo, que nunca tendría las agallas para matarlo, para matar
a la persona que amaba. Sí, que amaba, tiempo pasado, y le demostré que estaba
equivocado respecto al gatillo. Ahora, ¿Qué opinas? Tú estas ya pudriéndote en
el infierno, mientras que yo me estoy muriendo de felicidad por librarme al fin
de ti.
Javier era el típico chico
mujeriego. Iba de chica en chica, buscaba un poco de diversión, sexo, y sobre
todo, entretenerse un rato. Yo era la típica chica rara, que se la pasaba
encerrada en su casa; la chica nerd de
la que todos abusaban y la rata de biblioteca. Javier me busco sólo para
ayudarlo a pasar sus exámenes. Basto con quitarme mi virginidad para
conseguirlo y después desapareció sin más. No sabía nada el alrededor de 5 años
hasta que nos reencontramos en el trabajo. Quien lo diría, un chico como el
terminaría como mi jefe. Pues claro, como lo habría olvidado. Javier era el
hijo del dueño de la empresa. Creo que era obvio porque tiene empleo y tuvo
suerte de ser su hijo, de otro modo hubiera terminado en la calle. Era
comprensible porque era un vale madres.
Por otro lado, 5 años bastaron
para darme un cambio, era totalmente diferente a como era en la universidad y
por supuesto, ya no tenía la apariencia de una chica nerd. Yo apuesto a que el
ni me recuerda. Si no es así, que vergüenza. Me apena irremediablemente de lo
que fui.
Desde que había entrado a la
empresa, nunca hable con él, dudo que supiera que trabajaba ahí. Hasta que se
dio la oportunidad de hablar con él, cambio todo. Me ascendió de puesto e
incluso buscaba oportunidad de salir conmigo. Vaya, lo que hace el maquillaje y
una ropa vintage. Creo que de verdad te cambia; fue cuando en un giro
inesperado, conocí a Vanessa. Otra chica con la que Javier se divirtió. Quien
lo diría, aparte de dejar hijos por doquier (que a pesar de todas las demandas
que le daban, siempre salía victorioso gracias a su estúpido perro de abogado),
dejaba también a bastantes mujeres totalmente solas y en el peor caso, llegaban
a suicidarse o bien quebraban por ayudarlo a él. Volviendo a Vanessa, ella me
propuso engatusarlo a como diera lugar, y con esto hacer que quebrara. Dijo que
sería divertido, que no se daría cuenta y sobre todo que al fin quedaría derrotado.
Ella me puso más maquillaje del que solía usar, y para ser honesta, ni yo misma
me reconocí. Fue bastante… asombroso.
Pasaron varias noches de copas
con Javier y ya tenía por lo menos $100,000 en el banco a mi nombre. Nada mal. Vanessa
estaba encantada conmigo y dijo que todo saldría tal y como se planeo. Me dio
un somnífero muy potente. Después de
tener sexo, Javier no tardo en caer. Vanessa llego al apartamento y me ayudo a
dejarlo totalmente inmóvil sobre su cama. Para cuando despertó, Vanessa y yo
nos encontrábamos a cada lado de la cama. Javier la reconoció a ella al
instante. Y sin más, Vanessa comenzó a torturarlo mentalmente, y con eso, el
trabajo sucio me tocaba a mí. No quería hacer nada, no podría hacerlo. Ella,
llego a su límite de su paciencia y termino por hacer mi parte. Sólo hizo algo
muy mínimo para que el sintiera dolor. Con una turca, poco a poco le arranco
las uñas de su mano izquierda. Sus gritos inundaban la habitación y yo sólo seguía
observando. No sé si era por el miedo o por el morbo que me provocada ver aquel
acto. Vanessa iba por su mano derecha cuando, Javier logro zafarse del agarre
(gracias a su sangre) y se abalanzo contra ella. Debido a mi cobardía, Vanessa
lo pago caro. Él la golpeaba brutalmente mientras yo permanecía de pie, inerte.
Tan sólo mirando aquel acto sin menor intensión de detenerlo. Sus golpes iban directos a tu cara; Vanessa ya
no se movía. Sin embargo Javier continuaba con su acto. Cuando por fin de agoto
y recordó que yo aun seguía en la habitación se levanto, dejándome ver
totalmente a Vanessa. Salía sangre de su cabeza y parecía no respirar. Reaccione
y Javier se volvió hacia mí. Aterrada, trate de salir corriendo de la
habitación pero Javier me tomo bruscamente del brazo y me tiro en el suelo.
Antes de que me hiciera algo, saque la pistola de Vanessa y le apunte a Javier.
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