Posted by : Viridiana Belikov ♠ martes, 26 de junio de 2012


Siempre había odiado el color rojo. Pero ahora verlo era realmente excitante y hermoso. Su sabor metálico me envolvía y me prendía de una manera increíble. Ver a Javier al fin derrotado, era suficiente para mí. Al final recordó quien era. No lo creí posible, hasta que lo vi viéndome de la  misma manera que aquella noche. Él comenzaba a decir que no tendría el valor de hacerlo, que no apretaría el gatillo, que nunca tendría las agallas para matarlo, para matar a la persona que amaba. Sí, que amaba, tiempo pasado, y le demostré que estaba equivocado respecto al gatillo. Ahora, ¿Qué opinas? Tú estas ya pudriéndote en el infierno, mientras que yo me estoy muriendo de felicidad por librarme al fin de ti.

Javier era el típico chico mujeriego. Iba de chica en chica, buscaba un poco de diversión, sexo, y sobre todo, entretenerse un rato. Yo era la típica chica rara, que se la pasaba encerrada en su casa; la  chica nerd de la que todos abusaban y la rata de biblioteca. Javier me busco sólo para ayudarlo a pasar sus exámenes. Basto con quitarme mi virginidad para conseguirlo y después desapareció sin más. No sabía nada el alrededor de 5 años hasta que nos reencontramos en el trabajo. Quien lo diría, un chico como el terminaría como mi jefe. Pues claro, como lo habría olvidado. Javier era el hijo del dueño de la empresa. Creo que era obvio porque tiene empleo y tuvo suerte de ser su hijo, de otro modo hubiera terminado en la calle. Era comprensible porque era un vale madres.

Por otro lado, 5 años bastaron para darme un cambio, era totalmente diferente a como era en la universidad y por supuesto, ya no tenía la apariencia de una chica nerd. Yo apuesto a que el ni me recuerda. Si no es así, que vergüenza. Me apena irremediablemente de lo que fui.

Desde que había entrado a la empresa, nunca hable con él, dudo que supiera que trabajaba ahí. Hasta que se dio la oportunidad de hablar con él, cambio todo. Me ascendió de puesto e incluso buscaba oportunidad de salir conmigo. Vaya, lo que hace el maquillaje y una ropa vintage. Creo que de verdad te cambia; fue cuando en un giro inesperado, conocí a Vanessa. Otra chica con la que Javier se divirtió. Quien lo diría, aparte de dejar hijos por doquier (que a pesar de todas las demandas que le daban, siempre salía victorioso gracias a su estúpido perro de abogado), dejaba también a bastantes mujeres totalmente solas y en el peor caso, llegaban a suicidarse o bien quebraban por ayudarlo a él. Volviendo a Vanessa, ella me propuso engatusarlo a como diera lugar, y con esto hacer que quebrara. Dijo que sería divertido, que no se daría cuenta y sobre todo que al fin quedaría derrotado. Ella me puso más maquillaje del que solía usar, y para ser honesta, ni yo misma me reconocí. Fue bastante… asombroso.

Pasaron varias noches de copas con Javier y ya tenía por lo menos $100,000 en el banco a mi nombre. Nada mal. Vanessa estaba encantada conmigo y dijo que todo saldría tal y como se planeo. Me dio un somnífero muy  potente. Después de tener sexo, Javier no tardo en caer. Vanessa llego al apartamento y me ayudo a dejarlo totalmente inmóvil sobre su cama. Para cuando despertó, Vanessa y yo nos encontrábamos a cada lado de la cama. Javier la reconoció a ella al instante. Y sin más, Vanessa comenzó a torturarlo mentalmente, y con eso, el trabajo sucio me tocaba a mí. No quería hacer nada, no podría hacerlo. Ella, llego a su límite de su paciencia y termino por hacer mi parte. Sólo hizo algo muy mínimo para que el sintiera dolor. Con una turca, poco a poco le arranco las uñas de su mano izquierda. Sus gritos inundaban la habitación y yo sólo seguía observando. No sé si era por el miedo o por el morbo que me provocada ver aquel acto. Vanessa iba por su mano derecha cuando, Javier logro zafarse del agarre (gracias a su sangre) y se abalanzo contra ella. Debido a mi cobardía, Vanessa lo pago caro. Él la golpeaba brutalmente mientras yo permanecía de pie, inerte. Tan sólo mirando aquel acto sin menor intensión de detenerlo.  Sus golpes iban directos a tu cara; Vanessa ya no se movía. Sin embargo Javier continuaba con su acto. Cuando por fin de agoto y recordó que yo aun seguía en la habitación se levanto, dejándome ver totalmente a Vanessa. Salía sangre de su cabeza y parecía no respirar. Reaccione y Javier se volvió hacia mí. Aterrada, trate de salir corriendo de la habitación pero Javier me tomo bruscamente del brazo y me tiro en el suelo. Antes de que me hiciera algo, saque la pistola de Vanessa y le apunte a Javier.

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¿En qué creo? En todo lo que vive y respira. ¿En qué creo? En lo que puedo ver. ¿En qué creo? En mí. - Frederica Bernkastel

Elixir peligroso


Siempre había odiado el color rojo. Pero ahora verlo era realmente excitante y hermoso. Su sabor metálico me envolvía y me prendía de una manera increíble. Ver a Javier al fin derrotado, era suficiente para mí. Al final recordó quien era. No lo creí posible, hasta que lo vi viéndome de la  misma manera que aquella noche. Él comenzaba a decir que no tendría el valor de hacerlo, que no apretaría el gatillo, que nunca tendría las agallas para matarlo, para matar a la persona que amaba. Sí, que amaba, tiempo pasado, y le demostré que estaba equivocado respecto al gatillo. Ahora, ¿Qué opinas? Tú estas ya pudriéndote en el infierno, mientras que yo me estoy muriendo de felicidad por librarme al fin de ti.

Javier era el típico chico mujeriego. Iba de chica en chica, buscaba un poco de diversión, sexo, y sobre todo, entretenerse un rato. Yo era la típica chica rara, que se la pasaba encerrada en su casa; la  chica nerd de la que todos abusaban y la rata de biblioteca. Javier me busco sólo para ayudarlo a pasar sus exámenes. Basto con quitarme mi virginidad para conseguirlo y después desapareció sin más. No sabía nada el alrededor de 5 años hasta que nos reencontramos en el trabajo. Quien lo diría, un chico como el terminaría como mi jefe. Pues claro, como lo habría olvidado. Javier era el hijo del dueño de la empresa. Creo que era obvio porque tiene empleo y tuvo suerte de ser su hijo, de otro modo hubiera terminado en la calle. Era comprensible porque era un vale madres.

Por otro lado, 5 años bastaron para darme un cambio, era totalmente diferente a como era en la universidad y por supuesto, ya no tenía la apariencia de una chica nerd. Yo apuesto a que el ni me recuerda. Si no es así, que vergüenza. Me apena irremediablemente de lo que fui.

Desde que había entrado a la empresa, nunca hable con él, dudo que supiera que trabajaba ahí. Hasta que se dio la oportunidad de hablar con él, cambio todo. Me ascendió de puesto e incluso buscaba oportunidad de salir conmigo. Vaya, lo que hace el maquillaje y una ropa vintage. Creo que de verdad te cambia; fue cuando en un giro inesperado, conocí a Vanessa. Otra chica con la que Javier se divirtió. Quien lo diría, aparte de dejar hijos por doquier (que a pesar de todas las demandas que le daban, siempre salía victorioso gracias a su estúpido perro de abogado), dejaba también a bastantes mujeres totalmente solas y en el peor caso, llegaban a suicidarse o bien quebraban por ayudarlo a él. Volviendo a Vanessa, ella me propuso engatusarlo a como diera lugar, y con esto hacer que quebrara. Dijo que sería divertido, que no se daría cuenta y sobre todo que al fin quedaría derrotado. Ella me puso más maquillaje del que solía usar, y para ser honesta, ni yo misma me reconocí. Fue bastante… asombroso.

Pasaron varias noches de copas con Javier y ya tenía por lo menos $100,000 en el banco a mi nombre. Nada mal. Vanessa estaba encantada conmigo y dijo que todo saldría tal y como se planeo. Me dio un somnífero muy  potente. Después de tener sexo, Javier no tardo en caer. Vanessa llego al apartamento y me ayudo a dejarlo totalmente inmóvil sobre su cama. Para cuando despertó, Vanessa y yo nos encontrábamos a cada lado de la cama. Javier la reconoció a ella al instante. Y sin más, Vanessa comenzó a torturarlo mentalmente, y con eso, el trabajo sucio me tocaba a mí. No quería hacer nada, no podría hacerlo. Ella, llego a su límite de su paciencia y termino por hacer mi parte. Sólo hizo algo muy mínimo para que el sintiera dolor. Con una turca, poco a poco le arranco las uñas de su mano izquierda. Sus gritos inundaban la habitación y yo sólo seguía observando. No sé si era por el miedo o por el morbo que me provocada ver aquel acto. Vanessa iba por su mano derecha cuando, Javier logro zafarse del agarre (gracias a su sangre) y se abalanzo contra ella. Debido a mi cobardía, Vanessa lo pago caro. Él la golpeaba brutalmente mientras yo permanecía de pie, inerte. Tan sólo mirando aquel acto sin menor intensión de detenerlo.  Sus golpes iban directos a tu cara; Vanessa ya no se movía. Sin embargo Javier continuaba con su acto. Cuando por fin de agoto y recordó que yo aun seguía en la habitación se levanto, dejándome ver totalmente a Vanessa. Salía sangre de su cabeza y parecía no respirar. Reaccione y Javier se volvió hacia mí. Aterrada, trate de salir corriendo de la habitación pero Javier me tomo bruscamente del brazo y me tiro en el suelo. Antes de que me hiciera algo, saque la pistola de Vanessa y le apunte a Javier.

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